Si tu equipo es junior y varias personas valoran el ritmo constante, la colaboración y la seguridad antes de moverse, el secreto no es más presión: es más claridad, más cuidado y un mejor diseño del seguimiento. Aquí tienes un método simple de 5 prioridades por semana, con guiones y ejercicios para empoderar y delegar sin perder la humanidad.
Camila, una líder recién ascendida, llegó a sesión con una idea clara: “Quiero delegar más, pero termino resolviendo yo. Mi equipo es joven, súper dispuesto, solo que… si no les doy paso a paso se paralizan o llegan a lo justo”.
No era falta de talento. Era falta de diseño.
En Cromática Coaching lo vemos mucho: personas muy comprometidas, que prefieren la armonía al choque, que agradecen instrucciones claras, que necesitan tiempo para procesar y que florecen cuando se sienten acompañadas. Con ellas, el liderazgo humano funciona así: claridad + ritmo + cuidado.
Te compartimos un sistema sencillo para tu semana y un modo de seguimiento que cuida a estas personas y les permite crecer.
El método “5 prioridades”: foco y paz mental
La regla es simple: cada persona (incluida tú) trabaja con 5 prioridades máximas a la semana. No son “tareas sueltas”, son frentes que de verdad mueven la aguja.
Cómo se arma (20 minutos los lunes)
En una hoja (o en tu herramienta favorita, nosotros usamos @asana) crea una tabla con 7 columnas:
- Prioridad (en una línea, sin párrafos)
- Resultado esperado (cómo sabremos que está “hecho”)
- Primer paso (lo que puede iniciarse en 60–90 min)
- Fecha (día y hora de corte)
- Autonomía (qué decide la persona y qué es no negociable)
- Apoyos (con quién cuenta / qué recursos tiene)
- Señal de alerta (cómo sabremos que hay bloqueo)
Ejemplo:
Prioridad: “Borrador del informe para Cliente A”
Resultado: “Versión 0.7 con datos, hallazgos y 3 opciones”
Primer paso: “Armar set de datos y gráfico 1–3”
Fecha: “Jueves 4 pm”
Autonomía: “Estructura libre; no negociable: 3 opciones con pros/contras”
Apoyos: “Ana (datos), yo destrabo con Ventas”
Señal de alerta: “Si a miércoles 10 am no hay gráficos, me avisas”
Regla de oro: si no cabe en una línea, no está claro; si no tiene primer paso concreto, no arrancará.
Ritmo de seguimiento sin agobio (y sin microgestión)
Lunes – Kick-off de foco (20–30 min)
- Repasan las 5 prioridades de cada quien.
- Ajustan cargas (si todo es urgente, nada lo es).
- Acuerdan qué vas a medir tú: resultado y hito, no “cada movimiento”.
Martes/Jueves – Check breve (10–15 min)
- ¿Qué avanzaste? (hecho, no discurso)
- ¿Qué te está deteniendo?
- ¿Qué necesitas de mí para destrabar?
- ¿Hay algo que no quedó claro del resultado?
Importante: evita el “¿cómo vas?” genérico. Pregunta por señales concretas (lo que acordaron en la tabla). Eso da seguridad.
Viernes – Cierre y aprendizaje (15–20 min)
- ¿Qué logramos? (celebro con nombre y apellido: comportamiento + impacto)
- ¿Qué aprendimos? (una línea por persona)
- ¿Qué moveremos a la próxima semana? (siempre con una razón, no por inercia)
Cómo seguir a quienes valoran la estabilidad
Hay personas que…
- Prefieren paso a paso y tiempo para procesar.
- Evitan el conflicto y agradecen el tono sereno.
- Se activan con aprecio real y seguridad psicológica.
- Se bloquean con cambios bruscos, presión pública y pedidos ambiguos.
Con ellas, funciona mejor:
- Instrucciones claras (resultado + plazo + criterios).
- Ritmo predecible (check fijado, no sorpresas).
- Apoyo disponible (saben cuándo y cómo pedir ayuda).
- Reconocimiento específico (no “buen trabajo”, sino “tu síntesis evitó retrabajo”).
- Feedback en privado y con cuidado (corregir conducta, no identidad).
Evita: “Empujarlos” en público, chistes sarcásticos, cambiarles el plan a última hora sin explicar por qué, pedirles “sé más proactivo” sin decir qué es “proactivo” para ti.
Guiones que ayudan (lista corta para tener a mano)
- Para abrir la semana:
“Estas son mis 5 prioridades; muéstrame las tuyas. Revisemos si hay sobrecarga y qué movemos al backlog.” - Para dar una instrucción:
“Necesito A para el jueves 4 pm. Los no negociables son B y C. El enfoque lo decides tú. Tu primer paso es D. ¿Qué escuchas?” - Para destrabar sin invadir:
“Si a miércoles 10 am no tienes los datos, me avisas y lo destrabo con Ventas. No esperes al jueves para decirme.” - Para reconocer de forma que cuida:
“Tu orden y constancia nos salvaron: tu checklist evitó dos errores. Gracias por sostener el estándar.” - Para corregir en privado:
“En la reunión del martes (situación), cuando hablaste en voz baja y dudaste (comportamiento), el cliente pidió repetir (impacto). Practiquemos la entrada y las primeras dos frases; estás listo para hacerlo bien.”
Ejercicio 1: “Primero lo primero” (15 minutos hoy)
- Escribe tus 5 prioridades de esta semana con el formato de la tabla.
- Pide a tu equipo que haga lo mismo (pueden replicar tu plantilla).
- Recorten a cinco de verdad. Si salen ocho, definan qué no entra.
- Publica tu lista en el canal del equipo (lidera con el ejemplo).
Objetivo: que todos sepan qué mueve la aguja y qué no será atendido esta semana (sin culpa).
Ejercicio 2: “Check de claridad” (10 minutos, individual)
Antes de asignar una prioridad, responde:
- ¿Cuál es el resultado visible?
- ¿Cuáles son tres criterios de calidad?
- ¿Qué decide la persona y qué decides tú?
- ¿Cuál es el primer paso de 60–90 minutos?
- ¿Qué señal de alerta me mostrará un bloqueo a tiempo?
Si te falta una de estas respuestas, tu pedido no está listo.
Ejercicio 3: “Semáforo de confianza” (semana 1 y 3)
Pide a cada integrante que marque:
- 🟢 Me siento seguro con estas prioridades.
- 🟡 Tengo dudas en estas dos (necesito aclarar criterios).
- 🔴 Esto me supera / necesito apoyo / necesito más tiempo.
Con eso, ajustas carga, apoyo y tiempos antes de que el problema explote.
Delegar no es soltar ni controlar: es acompañar sin invadir
Los dos extremos que desgastan:
- Soltar y desaparecer: tiras la tarea y reapareces el día del deadline. Resultado: ansiedad, retrabajo.
- Controlar cada paso: ahogas la autonomía. Resultado: dependencia y equipo temeroso.
El centro sano es este: definir el juego y estar cerca cuando hace falta. No haces por ellos; abres camino, quitas piedras y celebras avances.
Señales de que estás liderando bien a un equipo junior que valora la calma
- Entienden el para qué y el qué (no solo el “haz esto”).
- Llegan al check con cosas visibles, no con excusas.
- Piden ayuda a tiempo (porque saben que no serán juzgados).
- Suben el estándar por orgullo, no por miedo.
- La rotación emocional baja; la constancia sube.
Si no ves estas señales, vuelve a lo básico: menos tareas, más claridad; menos discursos, más acuerdos; menos apuros, más diseño.
Liderar, empoderar y delegar con un equipo junior no se trata de tener respuestas para todo. Se trata de diseñar el terreno para que puedan caminar con confianza.
La fórmula es sencilla y profunda: cinco prioridades claras + seguimiento con cuidado + autonomía real.
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- ¿Qué prioridad vas a formular mejor esta semana?
- ¿Qué guión vas a probar en tu próximo check-in?
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Un abrazo, Patty y David