Cómo dejar de evitar lo incómodo y empezar a desarrollar de verdad (con apoyo del Coaching Humanista)
La incomodidad no es el enemigo; es una señal de crecimiento. Las conversaciones de desarrollo no buscan corregir personas, sino abrir conciencia, ampliar posibilidades y fortalecer el vínculo. Son el punto de inflexión entre un liderazgo que administra… y un liderazgo que transforma.
La verdad incómoda que todos sabemos y pocos décimos
En cualquier organización hay un momento inevitable: Ese en el que un líder debe conversar con alguien sobre su desempeño, su actitud, su crecimiento, sus brechas o su potencial no aprovechado.
Ese momento casi siempre tiene tres cosas en común:
- Todos saben que es necesario.
- Todos prefieren postergarlo.
- Y todos pagan el costo de evitarlo.
Porqué evitar conversaciones difíciles no evita el problema. Lo agranda. Lo vuelve silencioso, incómodo y más difícil de atender después.
En Cromática Coaching vemos algo una y otra vez: Los equipos no se rompen por los temas difíciles. Se rompen por no hablar de ellos.
Por qué evitamos las conversaciones de desarrollo
No es falta de voluntad. Es miedo. Miedo a lastimar, a incomodar, a perder la relación, a que la persona se cierre, a que el clima se tense, a que nos vean “duros”, o incluso —en el fondo— a que algo de lo que digamos también hable de nosotros.
Y entonces, hacemos lo que hace cualquier ser humano bajo incomodidad:
- Suavizamos demasiado.
- Hablamos en generalidades.
- Felicitamos antes de tiempo.
- Damos rodeos.
- O peor… no hablamos.
Pero aquí está la paradoja: Lo que más tememos perder (la relación) es precisamente lo que más se debilita cuando evitamos la conversación.
La incomodidad es una forma de cuidado
Los mejores líderes no son los que solo celebran lo que funciona, sino los que sostienen la conversación incluso cuando incomoda porque creen en el potencial de la otra persona.
Una conversación de desarrollo es un acto profundo de respeto. Es decirle al otro: “Creo en ti lo suficiente como para decirte la verdad.”
Y aunque muchas veces empieza incómoda, casi siempre termina en claridad, alivio, madurez y confianza.
El propósito de una conversación de desarrollo
Las conversaciones incómodas NO buscan culpar. NO buscan castigar. NO buscan corregir como si tratáramos a un niño.
Buscan tres cosas:
- Hacer visible lo invisible. Lo que todos sienten, pero nadie nombra.
- Conectar expectativas con comportamientos reales. No lo que la persona “cree” que está haciendo, sino lo que realmente ocurre.
- Habilitar un siguiente nivel. Que la conversación se convierta en un puente hacia el crecimiento, no un juicio.
Y para eso, se necesita un liderazgo consciente, humano y preparado.
Las conversaciones de desarrollo fallan por 5 razones comunes
1. Porque se hacen tarde
Esperamos tanto que el problema ya está inflamado.
2. Porque se hacen desde la frustración y no desde la claridad
Cuando un líder acumula, explota.
3. Porque se mezclan temas
Actitud + proyecto + puntualidad + desempeño + rumor = caos.
4. Porque no hay evidencia
La percepción reemplaza al hecho. La conversación se vuelve defensiva.
5. Porque no hay seguimiento
Una conversación sin seguimiento no es desarrollo, es desahogo.
Conversaciones sin herir… pero con impacto
Aquí van herramientas que usamos en Cromática Coaching y entrenamos en la Certificación de Coaching Humanista Organizacional.
1. Entra con intención, no con tensión
Antes de iniciar, pregúntate:
- ¿Para qué quiero esta conversación?
- ¿Qué deseo que la otra persona se lleve?
- ¿Qué emoción quiero traer a la sala?
Si entras desde el enojo, generarás defensa. Si entras desde el juicio, generarás cierre. Si entras desde el cuidado, generarás apertura.
👉 Intención recomendada: “Quiero que esta conversación abra posibilidades para ambos.”
2. Sé claro y específico (sin adornos, sin golpes)
Evita frases como:
- “Últimamente te noto desconectado.”
- “Creo que podrías mejorar.”
- “No estás dando lo mejor.”
Esas frases confunden más de lo que aclaran.
En cambio, usa el modelo Hecho – Impacto – Expectativa – Futuro:
- Hecho: “En las últimas tres reuniones no entregaste la información acordada.”
- Impacto: “Esto retrasó decisiones clave del equipo.”
- Expectativa: “Necesito que cumplas los acuerdos o lo comuniques 24h antes.”
- Futuro: “¿Qué necesitas para volver a ritmo?”
La claridad es un acto de humanidad.
3. Pregunta antes de corregir
A veces creemos que la persona entiende su brecha… y no. A veces la persona ni siquiera sabe lo que el líder ve.
Antes de “decir”, pregunta:
- “¿Cómo crees que te está yendo en este proyecto?”
- “¿Qué ha sido lo más difícil para ti últimamente?”
- “¿Dónde sientes que perdiste ritmo?”
- “¿Qué te gustaría intentar diferente?”
90% de las veces, la persona llega sola a la conclusión. Y cuando llega por sí misma, hay compromiso real.
4. No edulcores la verdad
El desarrollo no vive en el elogio vacío. Vive en la claridad honesta.
“Decir la verdad con cariño” no es suavizarla. Es decirla de forma que la persona pueda sostenerla sin destruir su autoestima.
Estrategia útil:
Verdad + Respeto + Posibilidad
Ejemplo: “Sí, hoy estás lejos del nivel que este rol exige… y también veo que tienes la capacidad para llegar, si nos comprometemos juntos a este plan.”
5. El desarrollo no termina en la conversación: empieza ahí
Una conversación poderosa sin seguimiento es como un presupuesto sin ejecución.
Diseña con la persona:
- 3 comportamientos clave a trabajar
- 1 ritual semanal
- 1 indicador observable
- 1 fecha de revisión
- 1 apoyo que tú ofrecerás
Desarrollar no es corregir. Desarrollar es acompañar con estructura.
¿Y dónde entra el Coaching Humanista en todo esto?
Aquí está lo esencial:
Las conversaciones de desarrollo son, en esencia, conversaciones de coaching. Conversaciones donde el otro piensa, reflexiona y ve lo que antes no veía.
El Coaching Humanista aporta tres elementos que transforman estas conversaciones:
1. Presencia Consciente
Aprendes a escuchar sin prisa. A interpretar más allá de las palabras. A sostener silencios que abren puertas.
Un líder que sabe escuchar genera confianza. Y donde hay confianza, hay apertura. Y donde hay apertura, hay desarrollo.
2. Preguntas que mueven (no que interrogan)
El Coaching Humanista enseña a formular preguntas que ayudan al otro a pensar, no a justificarse:
- “¿Qué parte de esto depende de ti?”
- “¿Qué podrías hacer diferente sin perder tu estilo?”
- “¿Qué aprendizaje quieres sacar de esto?”
- “¿Qué compromiso real puedes asumir?”
Una sola pregunta puede transformar el camino de un talento. El líder que sabe preguntar, libera potencial.
3. Acompañamiento con empatía y firmeza
El coaching humanista transforma la firmeza en cuidado y el cuidado en claridad.
El líder-coach aprende a:
- Confrontar sin herir
- Sostener sin sobreproteger
- Empatizar sin renunciar a los estándares
- Dar dirección sin quitar autonomía
Eso cambia culturas completas.
4. Lectura humana del sistema
Un coach humanista sabe que las personas no fallan por falta de voluntad… fallan porque algo en el sistema falla:
- reglas confusas
- roles difusos
- falta de claridad
- expectativas contradictorias
- liderazgo reactivo
Y eso permite conversaciones más inteligentes, menos culpabilizadoras y más efectivas.
5. Conversaciones que desarrollan, no conversaciones de “corrección”
El Coaching Humanista convierte cada conversación en un espacio para:
- Mirar hacia adentro
- Ampliar conciencia
- Responsabilizarse
- Diseñar acciones
- Cerrar ciclos
No se trata de decir “qué hacer”, sino de ayudar al otro a descubrir cómo puede ser mejor sin dejar de ser él mismo.
Ejercicio para esta semana: la conversación necesaria
Piensa en alguien con quien llevas semanas (o meses) queriendo hablar. Sí, esa persona que te genera ruido. O ese tema que se ha acumulado.
Haz esto:
- Escribe lo que quieres decir.
- Reduce ese texto a 3 frases.
- Define tu intención.
- Define la evidencia que vas a traer.
- Fórmula 3 preguntas poderosas.
- Agenda la conversación.
- Respira.
- Entra desde el cuidado, no desde la corrección.
Te prometo algo: Será incómoda… pero será liberadora. Para ti y para la otra persona.
Cierre: las conversaciones difíciles construyen relaciones fuertes
No hay equipo de alto desempeño sin conversaciones de alto nivel. Y no hay liderazgo humano sin valentía conversacional.
Las conversaciones de desarrollo no buscan incomodar; buscan liberar potencial.
Y cuando sabes cómo tenerlas, cuando entiendes la psicología humana, cuando aprendes a sostener emociones, cuando sabes preguntar y acompañar…
tu liderazgo se transforma para siempre.
La puerta al siguiente nivel
Si quieres aprender a sostener este tipo de conversaciones, si quieres desarrollar a otros sin desgastarte, si quieres liderar con claridad, presencia y humanidad…
La Certificación en Coaching Humanista Organizacional es tu siguiente paso.
Te entrenará en:
- escucha profunda
- presencia consciente
- preguntas transformadoras
- conversaciones difíciles con humanidad
- herramientas de liderazgo humanista
- pensamiento sistémico
- desarrollo de talento con método
Da clic acá si quieres info https://cromaticacoaching.com/coaching-humanista o
📩 Escríbenos a hola@cromaticacoaching.com y aprende a convertir tus conversaciones en espacios de crecimiento real.
Porque liderar no es tener todas las respuestas. Es aprender a abrir conversaciones que transforman.
Patty & David — Cromática Coaching